Las redes Wi-Fi son cada vez más populares y podemos
conseguirlas en casi cualquier lugar. Con el auge de los dispositivos
móviles estas son cada vez más útiles y necesarias.
Podemos
disfrutar de conexiones Wi-Fi en nuestras oficinas, en restaurantes,
centros comerciales y muchos otros espacios públicos, pero cada vez es
más común disponer de conexiones inalámbricas en casa, ya que nos
facilitan la tarea de conectar múltiples dispositivos sin necesidad de
cables o complicadas instalaciones y configuraciones.
Hoy en día, un router inalámbrico
para proveer conexión Wi-Fi a una pequeña casa o apartamento, resulta
económico y fácil de conseguir e instalar, sin embargo hay algunas cosas
que debemos tener en cuenta para sacarle el mayor provecho a la
conexión y evitar a los intrusos, también conocidos como vecinos que
roban Internet.
La finalidad de esta edición de la guía de la semana es ofrecer algunos consejos para mejorar la seguridad y rendimiento de nuestras redes Wi-Fi en el hogar de una manera bastante general.
1. Ubicación del Router
El
sitio donde conectamos el router puede parecer algo trivial, sin
embargo, de su ubicación dependerá que aprovechemos al máximo su alcance
y potencia. El router debería situarse en un punto central de la casa,
ya que la mayoría de las antenas propagan su señal en todas las
direcciones. Al ubicar el router en el centro aprovecharemos el alcance
que tiene en cualquiera de los extremos de la casa.
Si estamos en
una casa de dos pisos en la que el router está en el primero de ellos y
nosotros nos conectamos desde la habitación que está en la planta
superior, resulta útil y conveniente ubicar el router cerca del techo
del primer piso para que así la señal llegue con mayor potencia. En
este caso, ubicar el router a unos 30 cm del techo sería bastante bueno.
También debemos evitar poner el router cerca de ventanas
o fijarlo en las paredes que separan la casa del exterior, ya que de
esta manera gran parte de la señal se escapará hacia la calle.
En
caso de que resulte complicado mover el router hacia un punto central,
la solución es reemplazar la antena por una del tipo direccional y
apuntarla hacia el lugar donde se encuentran los dispositivos desde los
que nos conectamos de manera habitual, de esta manera aprovechamos toda
la potencia. Una antena con un mayor número de dBi también nos ofrecerá
mayor ganancia.
2. Evitar interferencias
Los routers
emiten su señal a través de ondas usando una frecuencia de 2.4 GHz, de
la misma manera que lo hacen muchos otros artefactos del hogar, como por
ejemplo, teléfonos inalámbricos, hornos microondas, monitores de bebe,
radio transmisores y muchos otros. Al operar todos en la misma
frecuencia se genera una especie de competencia entre las señales, lo
que produce una interferencia y perdida en la potencia de la conexión Wi-Fi.
Para controlar un poco esta situación debemos ubicar el router lo más lejos posible de estos aparatos.
Los router más nuevos también operan en con una frecuencia de 5 GHz,
por lo que si tenemos dispositivos con la etiqueta del estándar 802.11n
podremos usarla sin problemas.
Adicionalmente, los routers pueden
enviar su señal a través de diferentes canales, por defecto la mayoría
de estos opera en el canal 6, sin embargo, puedes probar con otros canales
haciendo los cambios respectivos en la configuración del aparato.
Cambiar el canal de transmisión no requiere hacer ajustes en el resto de
los dispositivos, estos lo detectan de forma automática.
3. Usar dispositivos de la misma marca
Aunque
no es obligatorio, se recomienda comprar los dispositivos de red tales
como: repetidores, adaptadores inalámbricos USB, antenas y tarjetas de
red, de la misma marca del fabricante del router, esto
garantiza mayor confiabilidad. Sin embargo, la mayoría de marcas opera
perfectamente con dispositivos de otros fabricantes, por lo que esto no
debería ser una gran preocupación; pero si puede ser un consejo a tener
en cuenta la próxima vez que decidas actualizar los dispositivos de tu
red.
4. Asegurar nuestra red
Proteger la red con una contraseña es el paso más importante para evitar que los vecinos se aprovechen de nuestra conexión.
La contraseña de nuestra red -como cualquier otra contraseña- debe ser fácil de recordar para nosotros, pero difícil de adivinar para los demás. Se recomienda usar combinaciones de números y letras para una mayor efectividad.
Los routers, además de contraseña nos permiten elegir distintos métodos de encriptación, siendo los más recomendados WPA y WPA2, aunque existen otras opciones, estos son lo suficientemente fuertes. También es recomendable evitar a toda costa el algoritmo WEP,
ya que este resulta vulnerable y cualquier usuario con conocimientos
medios y el software adecuado puede obtener la contraseña sin mayor
dificultad.
Más allá de la contraseña de red, también resulta útil
cambiar la contraseña que permite acceder a las opciones
administrativas del router. Los nombres de usuario y contraseñas por
defecto de estos dispositivos suelen ser fáciles de adivinar y cualquier
persona que tenga acceso a estas podrá alterar la configuración del
aparato sin necesidad de tener acceso físico a él.
Algunos
dispositivos presentan problemas para conectarse a redes protegidas por
contraseña, por lo que es posible que tengamos preferencia por dejarla
abierta. Para estos casos se recomienda habilitar el filtrado MAC,
que consiste en ingresar las direcciones físicas de todos los
dispositivos conocidos que se conectarán a la red en la “lista blanca”
del router, de esta forma cualquier dispositivo que no esté en la lista
será rechazado de manera automática.
La dirección MAC es una identificación que ponen los fabricantes de hardware
en las tarjetas de red de todos sus dispositivos y es única para cada
uno de ellos, su estructura es similar a esta: 00-1E-CE-E4-D6-6C por lo
que no resultará difícil reconocerlas.
5. Actualizar el Firmware y los controladores
Actualizar el software
de nuestros dispositivos de red suele traer mejoras significativas, sin
embargo es una cuestión delicada que debemos llevar a cabo solo si es estrictamente necesario y estamos seguros de que la actualización que aplicaremos corregirá el problema que estamos enfrentando.
Realizar una actualización del Firmware del router es una tarea simple, pero si se hace de manera incorrecta se puede dejar el equipo totalmente inservible, por lo que es recomendable asegurarse de tener la versión correcta del software para el dispositivo que vayamos a actualizar.
Conclusiones
La
mayoría de estas tareas son fáciles de llevar a cabo y cualquier duda
puede ser resuelta consultando el manual del router o el sitio web del
fabricante del mismo, sin embargo, los comentarios están abiertos para
cualquier consulta que deseen realizar o para compartir consejos
adicionales que puedan ser útiles para otras personas.